Pesadilla:

¿Cómo nombrar esta pesadilla?

Mis pies no tocan más que la cama,
mi cuerpo ya ha dejado una silueta marcada en ella
y mis dedos no han tocado más que el pelo
que mi cabeza va dejando en las almohadas.

El sueño me está colmando la paciencia,
el insomnio se me clava en las sienes.
Esperé soñarte las púltimas tres horas que he dormido
en los púltimos dos días.
¡Usted me ha dejado plantado!

Y el trabajo se está acumulando bajo mis ojos.
Y la tristeza se está acumulando bajo mis ojos.
El miedo, la distancia, las noches
y el sentimiento junto con ellos.

Tu amor dejo de acumularse hace unos días
al final de mis labios que estiraba
como si un lasito los jalara lado a lado.
Se rompió el lasito,
aquel lasito que sostuvo mis mejillas
y contuvo las presas de mis ojos.

Ahora mis ojos quieren quitarme el calor de California.
Ahora mis ojos quieren ahogarme.
Ahora mis ojos me conducen al mar.
O tal vez: solo flores quieren regar.

Ahora escucho las canciones de mi padre.

Ahora escucho las canciones de mi padre,

y ahora me recuerdo niño:

Mira mamá, mira pa

que estoy por dar un salto.

Es curioso:

Sí, es curioso

cuando caes en brazos

de tus amados

y se ha hecho una fiesta por eso

¡Vamos, festejen que no me he roto nada!

Ahora escucho las canciones de mi padre,

mientras voy cayendo y azotando

 - ¿En dónde estás para detenerme?, ¿Madre? -

Uno, dos, tres segundos cuesta abajo

¿Padre? 

Aun no toco el suelo,

y aun no estoy tan roto.

¿Quién festeja ahora mi caída?

Ahora escucho las canciones de mi padre,

  y de mi madre guardo un llavero en el bolsillo

y de mis hermanos las memorias

y de mis tios, primos y la abuela no tengo nada

mas que un “Hola, ¿cómo estás? Muy bien y adiós”

Ahora escucho las canciones de mi padre,

este fue un auge,

este fue un abrazo,

este es un vuelo,

y esta, es ahora una caída.

Escribo con sangre a la ausencia.

Escribo con sangre a la ausencia,

ya me arranqué las uñas

buscando las letras exactas

entre mis entrañas.

Y ahora tengo los ojos

entre mis dedos sudados

para ver más de cerca mi piel

y poder contar las cicatrices,

y poder leer sus historias.

¿En dónde están todos?

Le pregunte a las manchas,

a los lunares y,

por desesperanza

los extirpe a mordidas.

Me canse de preguntarle a mi cuerpo.

Ahora me rindo,

voy a dejarme caer despacio.

No me levanten hasta mañana.

Ayer desorientado.

Ayer desorientado

me astillé las manos

apretando la rosa de los vientos,

manché de sangre el noroeste

y vomité las olas con tinta

dejando entre el sol y la sal escrita

una canción a la vida.

No sé si existe nombre:

No sé si existe nombre;
Si es posible describir mi voz
cuando recorre mis venas
y escucho un eco de alegría
con cada palabra.

No sé si puedo expresar
mis sentimientos más complejos
si no los resumo a una etiqueta,
un poema o una canción.

Tampoco sé si cada verso inperfecto
arrojado a la basura
lleva consigo mi mas sincero yo.

Entonces pienso
en tirarme al suelo
y llorar como un niño
para jalar mi piel
de las orejas a las uñas
y dejarla en el piso,
abandonada,
como la bandera del patriota
que perdió la guerra.

Entonces pienso
en sacarme los huesos
y tomar mi corazón como un pincel
para pintar con el
una sinfonía de rosas.

Pero soy muy flojo para eso
y me quedo en cama de seis a seis.

A R...

Quiero sacarme los pulmones

y exprimirlos cual trapo,

regalarte mi aliento

hasta el último suspiro

y quedarme tieso,

aferrado, 

sereno, 

callado...

Conforme con tu esencia y tu sonrisa.

Quiero que me tomes

entero y por partes:

"Te doy mis dedos para que juegues con ellos amor mío".

Deja mis huellas entre tus pétalos,

entre las ramas de tu pelo;

Rasguña con mis uñas tu cuello,

tu espalda,

pon mis ojos al centro de tu alma,

muy dentro de ti,

y deten un espejo al pie de tu cama

para verte,

mirándome,

cuando te miras.