Hemos despertado cada día;
y nos hemos levantado
de entre el hastío,
el sudor en la almohada,
el pelo en el baño,
la mierda y el desespero
de buscar la forma
de mirar diferente.
Llevamos las pérdida,
una tras otra
y las vamos contando;
las anotamos, junto a el insulto
en un librito que guardamos
a un lado del llanto
y esperamos
que no se moje de nostalgia.
...y odiamos
cada segundo
que el recuerdo
y el nuevo día
no dejan
de
ha
cer
nos
caer.